Desde el Estigia y a través del Leteo.

Soy Pepe y estoy aquí, ¿puedes verme? Sólo quiero mirar y hablar un poco, mirando a través del río terrible que es el Estigia, y pasando con cuidado por el Leteo, que en cualquier momento y descuido se comerá todos los recuerdos.

Mi foto
Nombre: Pepe
Ubicación: Ninguna, Región este.

Érase yo, y me perdí, desde entonces vago. Me gusta platicar, me gusta admirar, me gusta contar, y si no hay nada más, vamos a gritar. Si la tranquilidad es adecuada, dormiré, mayor delicia no hay.

jueves

Nimiedades IV

~Vocabulario~

Para cada persona, hay palabras que suelen tener significados especiales. Son palabras que esperamos de alguna manera comuniquen algo especial por la manera en que las empleamos, con la esperanza de que aquel ser a quien se la dirijamos, nos entienda de algún modo. Estas son algunas de mis palabras:

Arú: hola tierno.
Hey: hola, animoso y sencillo.
Haye: asentimiento animoso.
Haie: asentimiento tierno, suave.
*Sonrisa triste*: Ojalá fuera así... como tú dices... ojalá...
Te odio: te quiero, te admiro (a veces significa "te odio").
Cuídate: No te mueras (imperativo).
Hasta siempre: Deseo mucho volver a verte.
Dieu: adiós, con mucho cariño. Leve invocación divina.


~Fotografías~

He visto mil veces a mi abuela ordenando sus viejas fotografías. Y siempre es seguro que escuche el sonido del rasgar de más de una. Mi abuela las rompe con una facilidad que me pasma. Hasta ayer creo que comprendí por qué lo hacía. Mientras revisaba la caja de fotos que mi madre había estado ordenando antes de salir de viaje a visitar a su madre ahora viuda, me concentré en el montón de las fotos más antiguas, todas ellas con personas que rara vez reconocía y más de una marcada por detrás con letras grandes con el nombre del retratado. Entonces entendí por qué mi abuela rompía fotos cada vez que revisaba sus cajones: para no cargar con más recuerdos de los que necesita. Para desaparecer a personas que ya no son importantes y que sólo le acarrearían malos recuerdos, o recuerdos inútiles, o esa terrible sensación de no recordar. "Acaba con eso, libérate de aquello que no necesites" me quiso decir todo este tiempo.

Hay pequeñas fotos en ese montón que encontré, y que mi mamá había estado ordenando, son lindas. Son fotos pequeñitas que caben con facilidad en la palma de la mano. Todas ellas pequeñas, minuciosas como una obra de arte en miniatura. Antes había menos fotografías, pero eran más bellas, es lo que me da por pensar. Son el retrato de una realidad acomodada para dar la mejor impresión posible.
Las de ahora reflejan una realidad más vana... pero es curioso, acaso un reflejo mucho más fiel a la realidad. A una realidad que vemos todo el tiempo como la sucesión de imágenes que es. En las antiguas, se arreglaba, se acomodaba, ahora... todo es cuestión de suerte, menos bello pero más fiel, más sincero... algunas veces. Pues nadie disentirá al decir que las poses de las fotos antiguas, más naturales y elegantes, superan por mucho y convencen mejor que sus homólogos actuales donde todos aparecen parados, mirando de frente y fingiendo una sonrisa que para colmo de males, se ve mal.

Los retratos, un retrato del mundo.

Nos vemos.

sábado

Vísperas.

Eliah, Frank, Karl, y a todos y cada uno de los que pasan por aquí:

Un momento de paz, ése es mi deseo para ustedes.

Hacía mucho tiempo, en la que llaman víspera de navidad, se podía ver a un niño que expectante iba de aquí para allá. No sabía qué iba a ocurrir, pero algo grande debía de ser para provocar tal ajetreo. Lo único que aquel niño sabía entre todas las que ignoraba, era la aparición de sus primos, con quienes siempre se divertía. En cuanto a aquel algo más que esperaba, nunca pareció aparecer, y si lo hizo, no pudo el pequeño darse cuenta de ello.

De la misma manera, pasaría víspera tras víspera.

Y siempre al día siguiente, una cierta nostalgia, una cierta sensación melancólica en el silencio sepulcral que el desvelo de comensales había puesto. Un aire de casa en ruinas con el desorden que tan poco quedaba a casas siempre limpias y ordenadas hasta la obsesión.

Y así pasaron muchos años, hasta que para el niño dejó de significar algo aquella fecha que tan importante parecía para todos.

"¿No será que lo que en realidad todos quieren es esa expectación, esa sensación de esperar algo muy importante, será eso?" comenzó a preguntarse aquel niño que hasta ahora... no tiene respuesta.

~o~

Si en otras fechas de esta misma estación, pero de año distinto, habíame sentido desvalido, no creo que alguna se sintiera como la que por ahora paso. Es curioso observar cómo sin tener nada malo encima, puede un sentimiento como éste anidar con tal facilidad en mi ser. Lo he descrito varias veces desde que empezó, careciendo de palabras para definirlo con exactitud, poseo tan sólo la vaga impresión de que es una especie de blanco. Para mí siempre el vacío ha sido blanco, vaya usted a saber por qué, y es blanco lo que parece llenarme, y es contradictorio que un sentimiento vacuo me llene, pero eso es lo que ocurre. No es el vacío que a uno le consume desde adentro como a una botella demasiado débil para soportar tal vacuidad, no, es un vacío que de alguna manera llena sin ser nada, dejando una desazón extraña. Todo lo demás que pueda yo sentir se aparece superfluo y cualquier ráfaga de viento se lo llevará y lleva de hecho.

Será acaso que la desesperanza comienza a llenarme más y más como se llena presa tras presa donde hasta que la anterior no se ha desbordado no comienza el llenado de la siguiente. Figura ridícula se me ha ocurrido, a pesar de mi vejez no he vivido tanto como para tener un repertorio de analogías que se pueda envidiar.

Me despido por esta noche, nos veremos pronto.

PS: Es una noche estrellada... ¿será un buen augurio?

martes

Memorias de una noche de tormenta en la soledad de la gran casa que algún día se irá.

Aló Eliah, ¿viste aquellos resplandores en el fondo de las nubes? Son relámpagos.

Puesto en camino después de una breve visita, miras al cielo, te ha parecido ver un enorme resplandor. Dudas de tu vista y de tu atención. No es temporada, no tiene por qué llover. De nuevo la ilusión se presenta. Fijando la atención por unos momentos, te aparece evidente que las dos anteriores no fueron ilusiones. Imaginas el temor que tal vez sentirás, un poco de ese temor parece quererte y se hace sentir. Estarás solo en la inmensa casa como lo pediste a los dioses. Te sabes miedoso y nervioso, una tormenta de épicas proporciones como siempre se anuncia y rara vez decepciona podría ponerte a temblar, ponerte a arrebujarte entre sábanas y cobijas, abrazándote a tí mismo, conteniéndote, mintiéndote con un tacto que sabes tuyo pero que te haces creer ajeno. Es una noche prometedora...

Revisé la casa entera, cuarto por cuarto. Nadie. Cerré toda puerta, incluso las que nadie abre o conoce. Los nervios pasan. Veo los relámpagos al fondo, ya no sus resplandores, vislumbré la línea quebrada brillante e intensa. Tomé una vela después de buscarla en vano en cajones y cajones. Encontré las cerillas con más facilidad, justo donde pensé. Vale más estar preparado. El viento acrecentó moviendo todos árbols y planta de menor estatura. Eso basta para ponerme nerviodo de nuevo. Tantas ventanas que de grandes, resuenan, de antiguo origen, tiemblan ominosas convirtiendo en escándalo la fuerza sigilosa del viento. La soledad confirmada me tranquiliza, así como las precauciones. Tengo un cuchillo bajo mi almohada y no había notado hasta ahora la bella luna que se esconde entre las nubes. ¿Por qué será que luce más hermosa cuando se revuelve entre las nubes a las que ilumina y quienes ingratas le ocultan y apartan de nosotros acaso envidiosas?

Tranquilo, prosigo mi lectura continuada de día y mañana anterior. Un pequeño fragmento me regresa los sentimientos que me han rondado por días. Una cierta pena, un desasosiego... Imagino con claridad aquello que leo, ¿acaso lo viví? ¿O sólo es nostalgia transmitida, fingida e imaginada? Siempre hay trozos de ciertas historias que me parece poder revivir con mayor facilidad, caso de extraña comprensión podría ser, pero no atino a saber nada por cierto. Sólo siento.

Nos vemos.

miércoles

Circo de la vida II.

Tercer Acto
Problemas de actuación

Día a día sigues tu camino. Te encontrarás con tantas personas distintas, y como distintas, distinto te mostrarás. Tal vez no sea cuestión de pensarlo, tal vez sólo sea algo natural. Estrategia de supervivencia le podría haber llamado alguien.

Esto sólo es cuestión de actuación. De cómo representas tu papel y ante quien. Ya seas un ogro o un esclavo, acaso un padre comprensivo o un desgraciado asesino, el más simpático camarada podrías ser igual...

¿Pero qué ocurre cuando resulta que tu actuación es insuficiente? Cuando se nota la falsedad en cada gesto y palabra tuya... Y sería peor si ése fueras tú sin actuación, no digo tu yo real, sólo me refiero a aquel que no actúa. Imagina qué terrible, haber perdido tanto tiempo contacto con tu yo-que-no-actúa que ahora la representación del mismo resulta falsa, sin naturalidad, fingida...

Pasar tanto tiempo actuando es peligroso... llega el momento en que el fingidor se vuelve aquello fingido. Y si pasamos la vida actuando... entonces ha de ser conveniente escoger bien aquello que se va a fingir, siendo inevitable la actuación, siendo inevitable volverse lo actuado, será mejor que escojamos bien qué papel representamos...

Después de todo en este circo que es la vida... nunca dejamos de actuar... al final, seremos el papel que representamos.

Nos vemos.

domingo

Circo de la vida I.

Primer acto
Amenazas inusuales

Me han amenazado con regalarme un cachorrito. Más inusual propuesta no me pudo llegar. ¡Pero no era propuesta! Como ya dije y muy bien dije, era amenaza. Si no cesaba en mis actividades depresivas antes del término de dos semanas, ya estaba advertido, un cachorro me sería regalado. No me queda pues otra opción que reformarme.

Porque sé muy bien que me acabaría encariñando.
Porque sé muy bien que nadie exagera o mal hace cuando por su mascota llora.
Porque sé muy bien que un ser querido es siempre ser, pero sobretodo querido.

Y esto es la vida señoras y señores, un extraño circo de pérdidas funestas y dichosos encuentros. Que el momento sea nuestra ley, ¿no es así?

Que sólo en el espectáculo se vive, sólo el momento existe, y esto es, damas y caballeros, el circo de la vida.


Segundo acto
Bizarro mundo exterior

Existe un momento, un momento mágico podría ser, en que de pronto y para siempre, el acto eterno se vuelve vida, se vuelve cotidiano, y es cuando confundimos esto con aquello, y lo que era mero fingir se vuelve ser. Esto era lo que pasaba y es lo que te pasará, que quien recuerda lo que era ser niño esto lo sabe bien.

¿No sabes de qué hablo? Lástima entonces, esfuérzate un poco más, que de algo importante te hablaré.

En la ilusión en que te mueves y me muevo, la comodidad se acostumbra y el mundo parece uno y siempre igual, pero ¡ay de mí! Que hay momentos que rasgan tu tela y juicio, y te demuestran que nada es como yo creí.

Entonces el espanto y el desoriente, la confusión y la incertidumbre, angustia de un desazón.

¿Es acaso esto lo que hay tras bambalinas?

Tristeza y melancolía que veo en la cara de aquel hombre, preocupación por un día que no tarda en llegar y en el que habrá que pagar (todo fuera cosa de la vida, pero es dinero y hay familia).

Carcajadas salen de aquella casa, enfermas y distorsionadas. No es risa de algo divertido, es risa de algo pervertido. Sonoras se expanden y a mí me asustan, que se salgan y en mí pudieran encontrar una presa.

Una pequeña y linda niña que con ojos atentos me mirara no es peligro, pero en este ambiente, en este momento, de nada me puedo yo fiar, acaso la inocencia mata, ya muchos lo han hecho notar.

Y las calles tortuosas y la basura que lleva el viento (que si no la barre es porque no hay presupuesto), hay baches mil, las raíces que brotan del cemento para hacerme sufrir, todo esto yo no lo alcanzo a soportar, ¿de qué trata esto, qué ha salido mal?

Y me doy cuenta que es el mundo, que sólo creí acostumbrarme a una de sus facetas. Facetas digo mal, hablo de un pequeño trozo de él, pues con estos ojos tan pequeños, es obvio que todo no lo puedo abarcar.

Y en plena zozobra voy acostumbrando mi piel y mi sentir, hasta que me engaño de nuevo, y me hago del acto un vivir. Todos fingen o fingen fingir (no sea que alguien te vaya a, en realidad, percibir). Yo camino por estas calles y me gustaría en soledad partir, porque si no hay nadie, a nadie veré sufrir.

Si no hay nadie, esto sería más fácil de vivir.

Con pasos resonando en calles solas donde nadie me hará morir.

Nos vemos.

lunes

El miedo a la libertad.

Juraría que ya había escuchado ese título en otra parte Frank...

Acabados los trabajos, finalizadas las angustias, me he despertado en una tarde sin luces ni sombras, una tarde de grises. Y en grises, no pude sino verme en un sueño.

Me sentí solo, última alma en la casa. Sabía que estaría solo, saldrían todos, lo sabía, y aún así, algo no se sentía bien... Sentado sobre la cama, temblando, ¿era el frío o el miedo? Estaba demasiado desorientado para saberlo.

Y todo seguía siendo un sueño, y como en sueño quise actuar. Si todo era demasiado real, la luz ayudaba a ocultarlo. Aislado por completo,desorientado y pero aún... sin motivo alguno, sin meta a la cual seguir, dejado a mi suerte en completa libertad...

Y es ahí que me sentí desamparado.

Ni siquiera atinaba a moverme, ¿moverme a dónde? No atinaba a hacer nada, todo me daba el mismo pavor, pavor de hacer algo en completa y absoluta prohibición. Y tratando de regrsar a la cama, al sueño del que parece nunca desperté, pero ni aún eso... no teniendo sueño ni cansansio ya, no pudiendo volver a la inconsciencia, todo era igual, todo tenía la misma sensación vacía de un objetivo vano.

Poco a poco la sensación se esfumó, incluso su recuerdo, no así la impresión que me vendría después y que no me ha dejado. En el fondo sigue la misma sensación. El mismo sentimiento. Y ahora comprendo aquellas palabras de "nunca más" que el cuervo repetía una y otra vez...

Nunca más el sosiego...

Nunca más...

Hasta pronto.