Desde el Estigia y a través del Leteo.

Soy Pepe y estoy aquí, ¿puedes verme? Sólo quiero mirar y hablar un poco, mirando a través del río terrible que es el Estigia, y pasando con cuidado por el Leteo, que en cualquier momento y descuido se comerá todos los recuerdos.

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Nombre: Pepe
Ubicación: Ninguna, Región este.

Érase yo, y me perdí, desde entonces vago. Me gusta platicar, me gusta admirar, me gusta contar, y si no hay nada más, vamos a gritar. Si la tranquilidad es adecuada, dormiré, mayor delicia no hay.

martes

Ese mundo que nunca existió.

Aló Elyah, ¿quieres escuchar una historia?

Había una vez un muchacho que siendo bastante cobarde no se atrevió a formular su sueño. Había una vez un muchacho que decidió engañar a los demás estudiando algo que podría servirle para su verdadera meta. Había una vez un muchacho que estudió diseño...

¿Y te gusta el diseño?

Me gusta dibujar.

¿Y el diseño?

Me gusta resolver problemas.

¿Y el diseño?

Siempre quise ser inventor.

¿Y el diseño?

...también quería ser arqueólogo.

¿Y el diseño?

No sé bien por qué lo hice...

°~o~°

Había una vez un niño que soñaba con crear tantas cosas. Había una vez un niño que sonrió. Había una vez un niño.

°~>o<~°

Ahora estudio filosofía, te digo a tí que me lees esto. Fue un cambio extraño, nunca lo imaginé. Me gustaba la filosofía, claro, pero nunca lo imaginé. Creía que era una carrera que nunca escogería, ¡y mírame ahora! Bueno, no puedo decir que sea un estudiante ejemplar, pero hay cosas que me gustan ¿sabes? Pero no te quiero contar eso en este momento, quiero contarte de algo extraño que me pasó hace algún tiempo... creo que fue hace un año... cuando rondaba por diseño.

Sentado en aquella pequeña barda rojiza en la que tanto me sentaba antes, pensaba en cualquier cosa. Cuando me pregunté "¿y si me hubiera quedado en diseño?" Y vi aquella escena...

Estaba yo trabajando en el suelo, como alguna vez hice y como habría hecho muchas veces más. Me miraba desde arriba. Vestía una playera negra, me veía concentrado. Y voltee a verme como se voltea a ver a alguien que te ha llamado por tu nombre pero que no reconoces. Me vi, por un instante me vi como si nunca hubiera dejado diseño.

No tenía una cara de miseria, pero tenía un cierto triste semblante... Pero ahora que recuerdo, siempre me han dicho que tengo esa cierta aura. Me vi... en verdad me vi... y me pregunté... con más fuerza...

¿Qué habría pasado de no haber dejado diseño?

¿Qué habría pasado de haber escogido otra carrera?

¿Y si hubiera estudiado en otra parte?

¿Qué tal si le hubiera dicho a aquella niña que me gustaba?

¿Sería yo diferente?

¿Qué tanto?

¿Qué habría pasado de ser yo hijo único?

¿Y si mi abuela no hubiese perdido su casa?

¿Y si yo no hubiese ido a aquel lugar maldito?

¿Y si no hubiese liberado mi pequeña lagartija?

¿Qué habría pasado...?

¿Qué...?

...

O~o<*>o~O

Pero sé lo que sí pasó, y en momentos como este...

...me alegro de que haya sido así.

Hasta pronto.

domingo

Inspiración.

Hoy no hay.

Ayer sí.

lunes

Aire fresco de tormenta. - Soledad de noche serena.

Elyah...

El viento.

Es viento de tormenta, lo puedo sentir.

Truenos a lo lejos que vienen reverberando poco a poco.

Y esa sensación tan fresca.

Esa luz tan tenue.

~

Ha llovio anoche.

Se siente en el aire.

Y llena todo mi cuerpo esa sensación de vida nueva.

No hay luz, es de madrugada.

Corro.

Todo es ligero.

Corro.

...sonrío.

Y la interminable serpiente de autos avanza sin cesar.

Incansable.

Sus ojos brillantes se reflejan en infinito en el pavimento húmedo.

No hay nada más, sólo aquella silueta negra y todas esas luces.

Es bello...

Tonos azules, brillos amarillos, y el silencio que chapotea.

Es bueno estar vivo...

~o~

Es de tarde.

Y ha sido un largo día, ¿no te parece?

Tantas cosas que pasan, ocurren y yo estuve ahí.

¿Era yo? ¿Lo viví? ¿Fue hoy?

Me parece por un momento haber estado en la vida de alguien más.

Y esa sensación vertiginosa desaparece.

En un instante todas las voces que reían junto a tu lado desaparecen.

Ya no miras sus ojos.

Ya no los sientes a tu lado.

Nostalgia de todo un día en compañía...

Y viene la soledad...

Vacío...

..

Habrá que acostumbrarse de nuevo...


...a la propia presencia.





Nos vemos.

miércoles

Imágenes, retratos e ilusiones.

Soy de lo peor Karl... ¡de lo peor, jajaja!

Es de habitual que sea presuntuoso, pero hoy me daré permiso, liberaré restricciones, y me daré total acceso a todo lo que mi vanidad tenga qué decir. Pueden ahorrarse la molestia y pasar sólo a dejar un comentario... pero tal vez, después de todo y a pesar de todo, no sea del todo malo leer. Ustedes elijan.

Se ha hablado alguna vez de esto, y es porque es un tema de común, las ideas, las imágenes, las proyecciones, aquello que creemos es otra persona, aquello que le quitamos o agregamos, todo lo que va constituyendo la idea, imagen a desemejanza, de otra persona. Y eso no termina ahí, después viene y vendrá aquello que se dice es el momento inevitable (aunque no por eso sucede siempre):

Hablamos de lo que debiera ser y de lo que es, de lo que quisiéramos que fuera y de lo que era, de lo que pensamos y de lo real. Ante ustedes damas y caballeros: la desilusión.

Todos la han experimentado y todos la temen, pero... ¿y si les dijera que me es extraña? Y claro que no hablo de la desilusión en sentido amplio, sólo del tópico específico del que hablé, y del que también aclaro he sufrido algún ataque. Pero no de manera común... ¿Por qué? Ése es el tema en el que me explayaré.

Nosotros, las personas, no tenemos nunca la información completa, sin embargo, tenemos la cabeza llena de prejuicios que nos ayudan a completar la imagen con rapidez, a nadie se le ocurre pensar que otra persona pueda estar flotando y da por sentado que está parada en el suelo de una u otra manera, nadie duda de que el sol saldrá mañana por la mañana (a menos que seas un mexica prehispánico) o de que el agua moja. Si imaginamos que de cada cosa o situación o etcétera hubiera un medidor de cuántos datos sabemos de ello, y de cuántos datos le agregamos por deducción, intuición o mero prejuicio, tendremos que cada persona difiere en la cantidad de datos que agrega a lo que conoce de cierto. En esto se nota de particular manera las llamadas proyecciones, lo que nosotros creemos o queremos y que le embutimos a otra persona, animal o cosa. En este caso, yo me declaro de gran austeridad cuando de completar se trata.

No es así.

Corrijo.

Completo, prejuicio y me proyecto como todos y hasta más, pero hay un pequeño detalle de mi carácter que le da un matiz muy interesante a este asunto. En el caso de las cosas, del mundo y de las acciones, este detalle me permite desaparecer (suprimir, marginar) mis agregados mentales con gran rapidez (lo que acaso explique por qué tengo una relativa abertura a entender las ideas de otras), y en el caso de las personas, ese mismo detalle es el que impide que en muchos casos empiece a rellenar espacios vacíos (hay muchas excepciones, indico).

¿Cuál es este detalle?

Es curioso, si bien para nuestro caso parece ser una gran ventaja, permitiéndome esquivar varias desilusiones en la vida, podríamos decir que en muchas otras situaciones se revela como un indiscutible defecto, esto es:

Mi inseguridad, lo que me hace creer que cualquier persona tiene más razón que yo.

Así, si alguien dice cualquier cosa, me diré "es más probable que él tenga razón". Más de una vez me toman por completo desprevenido, pero esa especie de respeto sagrado a otra persona me hace decirme "si él lo hace, no ha de ser tan malo... sus razones tendrá... ha de haber algo" y entonces aquél tabú se rompe y se vuelve un incierto, un incierto que iré pensando y pensando... y terminaré cambiando por completo de aquella primera opinión que tenía.

Recuerdo cuando mi maestro de pintura me dijo, siendo yo pequeño, que se había separado de su esposa y estaba con otra mujer, me sorprendí... pero me dio que pensar... mucho, sobre el juzgar a las personas por tal asunto.

Además, si le doy a otra persona la razón sobre cosas más triviales, ¿cómo no le daría la razón cuando habla de sí misma? Una cosa es lo que se habla, y otra lo que se actúa, así que la manera de actuar de una persona (que incluye lo que dice) tiene sus razones suficientes las cuáles aun cuando rompan con mis ideas, tomaré con mayor grado de verdad.

Me resigno en mis propias creencias para tratar de verlo de la nueva forma sugerida, pero si después de pensarlo no encuentro factible este nuevo formulamiento, regresaré al mío o al que se me aparezca más razonable, y entonces ya será un poco más difícil que lo deje (por lo menos en el caso de que siga conversando con la misma persona, un nuevo debate con diferente interlocutor acaso permitiría abandonase de nuevo mi argumento con facilidad en un primer momento).

Disculpen que me explayase tanto con esto, prometo no hacerlo de nuevo, sólo tenía ganas de ventanearme un poco. Saludos.

Hasta pronto.