Un instante...
Salí por la puerta (como es mi costumbre).
Y un aroma diáfano, ligero, un poquito dulce me llenó.
Estoy seguro que cuando la sensación de aquél aroma llegó a los extremos de mi cuerpo, mi nariz ya había dejado de percibirlo.
Pero eso no cambió mi reacción.
Me sentí feliz y ligero como aquel aroma que tenía un suave matiz conocido (¿en otra vida? ¿en esta vida, pero mucho antes?).
Y me agradecí dichoso.
Un instante cuya nitidez ya se había borrado de mi memoria momentos después, pero que lo valió todo.
No lo recordaba bien, pero sabía que ese momento había valido toda mi existencia. Y recordé muchos otros momentos así. Fugaces e indescrifrables, epro que inequívocamente, lo valen todo.
Tal vez no lo recuede la próxima vez que me inundé en pesar.... pero lo valió. Valió ese momento por él mismo y por todos los demás en los que incluso tal vez no lo recuerde.
Fue hermoso.
1 Comments:
Hola... lindo relato, nada más, no hay mucho para agregar, afuera esta lleno de pequeños instantes buscando quien los tome, me voy a buscar uno.
Adiós!
Publicar un comentario
<< Home