Desde el Estigia y a través del Leteo.

Soy Pepe y estoy aquí, ¿puedes verme? Sólo quiero mirar y hablar un poco, mirando a través del río terrible que es el Estigia, y pasando con cuidado por el Leteo, que en cualquier momento y descuido se comerá todos los recuerdos.

Mi foto
Nombre: Pepe
Ubicación: Ninguna, Región este.

Érase yo, y me perdí, desde entonces vago. Me gusta platicar, me gusta admirar, me gusta contar, y si no hay nada más, vamos a gritar. Si la tranquilidad es adecuada, dormiré, mayor delicia no hay.

domingo

Cada semana, la muerte en domingo...

¿Quién está ahí para escucharme?

Como todas mis historias, esta habla de mucho tiempo atrás. Hace mucho, cuando los domingos eran días malditos, días que me torturaban, el domingo era el día en que me sentía morir...

¿Por qué?

Porque representaba el fin.

Cuando era pequeño, amaba mi vida. No importa si fuera imperfecta, la adoraba. Había un jardín enorme, y mi familia que me quería y yo sintiéndome querido por ellos. El mundo era un buen lugar. Y el temor de que todo eso terminara, de que un día muriera, se materializaba en domingo. Un día muerto. Un día en que podía no pasar nada. No había nada en la Televisión, las personas que se habían reunido para el viernes y el sábado se retiraban a sus casas, y yo sentí que todo acababa. El sábado había muerto el día anterior y yo quedaba solo, a merced de una nueva semana que acaso nunca acabase, o que acabase mi vida y lo habría perdido todo...

Recuerdo los domingos...

...y recuerdo, ahora recuerdo cómo fue que poco a poco mi vida fue perdiendo significado y brillo. Antes sufría los domingos... ahora me son indiferentes.

Y hoy, hoy he sentido ese terror de nuevo, cuando al fin comienza a cobrar sentido la vida, mi vida. Todo terminará, todo terminó ya una vez (de manera tan sutil que apenas lo noté) y terminará de nuevo, de una forma o de otra.

Otra vez temo.

~o~~o~~o~O~o~~o~~o~

¿Por qué los muertos sonríen?

¿Sonríes en vida Elyah?

Cuando mi abuelo murió, tenía una expresión serena. Tenía la boca chueca, creo que me dijeron que los cosían. Aún así, desde un ángulo, parecía sonreír levemente. Y ahí estaba, tranquilo. Ya no sufría, ya no se quejaba, ya no peleaba con nadie y yo por fin descansé, dejé de sentir compasión y pena, y pude respirar tranquilo. Me pregunto si fue por eso que me pareció que sonreía.

Cuando mi tía murió, fue horrible. La pude ver convulsionándose, luchando por respirar, la mirada perdida de dolor y la mente en blanco. No creo que haya habido más, no creo que se haya dado cuenta de nada... y si lo hacía, era en un pequeño rincón dentro de ella desde observaba mientras su consciencia se desvanecía poco a poco. Las figuras de la Iglesia suelen tener expresiones de total dolor, caras cadavéricas que uno acaba asociando sólo con muñecos de mentiras... y la verdad es que los de verdad también hacen así. Cuando murió, lloraron mucho. Yo sólo miré con cierta indiferencia. Una vez más, agradecía hubiera muerto, agradecía que ya no sufriera, agradecía no tener que ver sufrir a alguien que antaño quisiera tanto... Y su cara se tranquilizó, y también pareció sonreír al fin. Sonreír de manera leve, pero es esa sonrisa tranquila la que nos tranquiliza a los vivos.

Porque no importa si en verdad no sonríen.

A nosotros nos lo parece.

Y nos engañamos.

"Está en un lugar mejor."


Nos vemos.