Desde el Estigia y a través del Leteo.

Soy Pepe y estoy aquí, ¿puedes verme? Sólo quiero mirar y hablar un poco, mirando a través del río terrible que es el Estigia, y pasando con cuidado por el Leteo, que en cualquier momento y descuido se comerá todos los recuerdos.

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Nombre: Pepe
Ubicación: Ninguna, Región este.

Érase yo, y me perdí, desde entonces vago. Me gusta platicar, me gusta admirar, me gusta contar, y si no hay nada más, vamos a gritar. Si la tranquilidad es adecuada, dormiré, mayor delicia no hay.

viernes

...

Frank...

¿...por qué no para de una vez?

martes

Anotaciones.

Karl, Karl, Karl...

~¿Por qué conozco personas tan maravillosas?~

Visité hace poco a mi maestro de pintura. Es una persona bastante cálida y amable, muy culto y de agradable trato. Le conocí habrá sido hace once años, y aunque con intermitencias, de vez en cuando vuelvo al pequeño taller medio improvisado en un cuartucho detrás de la catorceava catedral más grande del mundo.

Verle de nuevo, hablar con él, me hizo pensar lo que tantas veces me había pasado ya por la mente: ¿por qué conozco personas tan maravillosas?

Sonará cursi, no lo dudo, pero es así, tal cual se oye. Desde pequeño he conocido a muchas personas, pero comparando con la cantidad de conocidos que suele tener una persona, me parece que no conozco demasiadas. Y que de esas que conozco, la mayoría sean tan dignas de recuerdo me admira. ¿Por qué será, por qué tendré tal fortuna de conocerles?

Desde el kinder conocí a varias personas, dos de ellos aún son mis amigos, y me alegro de ello. Mi mejor amigo del kinder le volví a ver unas dos o tres veces, después de graduado, ahora hace ya años que no le veo, pero igual guardo buenos recuerdos de él, me pregunto si me recordará, ¿andas por ahí Christian? Tuve tres vecinas, sólo recuerdo que me divertía mucho con ellas, pero luego se mudaron, del tipo de cosas que parecen propias de la TV, nunca me imaginé que eso me pudiera pasar a mí... Hace tiempo que tampoco les veo... a lo mucho un vistazo... y el tiempo ha zanjado...

Recuerdo también algo de mis maestras del kinder, no mucho, pero algo de cariño hay, maestras de inglés en un tiempo en que no sabía qué era lo que pasaba -hasta la fecha no sé cómo le hice para pasar los exámenes-, mi maestro de karate de quien guardo un inmenso y muy buen recuerdo. Me llamaba "Pepín de la resortera", nunca averigüé por qué... Era una persona estricta pero también muy amable, y de él es de quien primero tengo recuerdo que nos inculcara sabiduría filosófica sobre la vida... De verdad le agradezco mucho. Mi maestro de pintura, del que ya hablé, algún día le compraré un cuadro, ya verán. Mi maestra de piano... no me gustaba el piano...

Mis maestros de primaria... la maestra Pera con sus cuentos, Griselda que me castigo -¡a mí, me castigó a mí! ¡¿Cómo se atreve?!-, Lorena que siempre se me figuró idéntica a Griselda pero de voz más ronca, Carmelita con quien dicen sostuve peleas míticas, Rafael en quinto año, Amado quien me acompañó en mi hazaña de exámenes de la Olimpiada del conocimiento -concurso académico de nivel estatal para una posterior convivencia nacional-, el hermano Job que aún alberga esperanzas de verme obispo de Zamora, la maestra Lupita, el padre Vallejo -¿en dónde se paró el águila?-...

Y llega la secundaria... Alma Leticia Zaragoza Galván quien leyó mis primeros cuentos, Mayra siempre tan simpática -aunque me arruinó un diez perfecto le guardo muchísimo afecto-, nuestra maestra de matemáticas -¡olvidé el nombre! ¡Sacrilegio!-, biología con Cata -ella era medio misántropa y me arruinó un reconocimiento de excelencia pero igual era buena maestra-, la maestra de Artes plásticas, el excelente Javier de matemáticas de segundo y tercero, el gran maestro Salvador -RIP- quien de verdad tenía vocación de maestro, el maestro Cervantes de música -muerto por un coraje producto de juventudes exentas de amabilidad-...

Y luego la prepa, con Arturo -siempre me agradó, su sonrisa cínica sigue siendo todo un símbolo-, Salvador Bustamante, Noé -apreciado en clases, odiado en dirección- y... prepa no fue tan buena época, lástima que se fue padre Leyva. En la universidad las cosas mejoran: Oscar Fabián -¡¿lucha libre?!-, ¡¡Pepín!! -otro de esos fantásticos maestros que no sé por qué me encuentro-, Fernando Villalobos -¿casca o no casca?-, mi maestro de primer talle -recuerdo su cara a la perfección... y hasta ahí-, Covarrubias -decía cosas muy simpáticas, viejo lobo de mar se me figura-, maestra de tecnologías del papel, el maestro don Jesús -pobre, no logró que le dijera Chuy-, y... aouh, mi memoria se pone mala con la edad... el señor don Tío, Jorge Manzano -¡un "sí" rotundo a un diéz de calificación!-, Raúl, Javiercito, Javierzote, Eneyda, Alejandra, Nacho, Mónica, y ahora Pedro...

Y de amistades qué decir...

Paco, Jair, Pedro, Heriberto, Lambdin, Juan Silva López, Beto Escoto, Beto Ventura, Jacobo Hernández Morquecho, Roberto -si perdió la memoria, ¿cuenta como dos amigos?-, Charly -no saldrás con vida de tu vida-, Peña, Bernardo -¿dónde andará Bernie?-, Carlos Alberto Muñiz Moreno -¡el niño!-, Beto Barrera, Damián Laris -jajaja, ¡¡Dami-sama!!-, Titi -¡Titi!-, Mica -creo que nunca se enteró de cuánto la odiaba-, Ivonne, Lorena, otra Lorena, Orlando de la cuadra, Luis Talavera Gallegos, Artemio, Sandra, Lucía, Héctor, Chiva -la eterna competencia-, Oscar, Luis Jesús, Gerardo, Hugo,
Rubio, Lupita, Rocío -y había otra Rocío en mi vida, creo recordar...-, David, Ñañez, Francis... Aouh, perdonen, sí que son muchos...

Mi niña querida...

¡Conejo! Daniel, César, Ocho, Dinorah, Paloma -hola paloma, adiós paloma-, Nayeli... Y luego de la U... ¡Pami linda! Alan, Juanjo, Maru, Jose, Liz, Angélica, Stephie, Marsha -o Marcia para los que no son yo-, Chio... Y luego de filosofía... Angie cariño -mi amors-, señorita Liz, Vero -¿se va o no se va?-, Nancy -she's so much fun!!-, don Bruno, Majo -dudosa posición-, ¡¡¡CHA!!!

Bueno... no era mi intención... pero me gustó hacer el recuento...

De verdad, no sé por qué los conocí... son maravillosos.


~Nostalgia natal~

Después de visitar a mi maestro de pintura, recorrí un poco de Zamora...

Por primera vez sentí nostalgia, por primera vez los aromas me parecieron recuperados después de siglos de estar perdidos, las calles estaban ahí, todos los recuerdos seguían petrificados listos para saltarme encima.

Recordé tanto...

Por primera vez...

...sentí que volvía.


~¿Moriré?~

¿O sólo será ese rostro el que morirá?

Mi rostro se ha vuelto nido de innumerables extrañezas, aunque en realidad se trata de una sola que por polifacética se hace pasar por muchas: mi rostro cambia.

De repente no le reconozco. Admito que pasé años alejado de un espejo -o no les hacía caso- con lo que la conciencia de mi aspecto era nula. Pero ya recuperado un cierto sentido de lo que yo podía lucir, resulta ahora que mi rostro cambia y se revela esquizofrénico -por lo menos en forma, quien sabe si en contenido-. Ahora, me sorprendo de repente con cara psicópata, de un joven apuesto -¡oh la vanidad!-, un niño hiperactivo, e incluso... ¡una niña! De verdad, no miento. Pero el caso se vuelve un poco tenebroso cuando al mirarme miro a un rostro con varios años encima, unos diez parecía... tal vez sólo cinco, de estas argucias temporales no me suelo ocupar. Y ahí estaba, con la cara cansada, una expresión no extraña, pero esta vez... tenía algo escrito, algo que leí con cierto desconcierto tranquilo... "moriré" decía el rostro, ¿o más bien fui yo el que dije "morirá"? Incluso cabe la posibilidad de que hubiese sido yo con un "moriré", pero creo mi punto está dado.

Me dio un ligero temor cuan hube digerido que podría ser tal vez una premonición... No lo sabía... No le faltaba mucho para morir, eso sí lo sabía. Y me refiero a un "él" porque no podía saber si moriría yo o sólo aquel rostro o a quien se supone perteneciese.

Pero estaba la posibilidad, podía ser yo... Me entristecí, aguanté todo este tiempo con promesas de tiempos mejores para nada, moriría pronto, e imaginé mi muerte... No, no imaginé cómo moriría, sino la reacción de los demás... Lo más triste, es que me pareció que si moría, habría sido la cosa más interesante que me hubiese pasado en toda mi -tal vez pronto finiquitada- existencia.

¿Alguien me extrañará?

No lo sé...

Pero el espejo ya no volvió a mostrarme aquella imagen, y el sentimiento ominoso se desapareció hace poco...

Tal vez sólo fue un pequeño ejercicio de mi muy aburrida pero siempre activa imaginación.

Así es esto... ¿no?

Nos vemos.

PD: Mica... de verdad lo siento...

Más sentimientos extraños.

Frank, Frank, Frank, ¿cuánto llevas dormido?

En la noche callada, un par de ojos curiosos no duermen. En un momento de la noche que siempre está lleno de desesperación y presencias tan densas pero invisibles, se tomó la decisión de mantenerse despierto por propia voluntad.

Todo duerme, todo es silencio. Un recorrido por la casa, las sombras reinan y descansan seguras de su reino. Sólo en esos momentos uno se da cuenta de lo fuerte que resuenan los pasos, y la necesidad no sólo provoca que los ojos vean entre oscuridad, sino que los pasos suenen como la misma.

Y en este reino olvidado que siempre ignoramos durmiendo, se desarrolla todo un mundo de común vedado por ligeras amenazas y férreos hábitos oníricos. Es una proeza estar ahí, seguir ahí. Es un lugar frágil que sin embargo no se destruirá hasta que la mañana, aún muy lejana, llegue.

Y es aquí donde los pensamientos se evocan misteriosos, la propia voz de tu mente suena fuerte, y estás sólo contigo, estás solo. Desafiaste a tus padres, pero tal vez ellos nunca lo sepan. Hay un extraño aire alrededor, un aire acentuado por el sueño que de cuando en cuando quiere recobrar a su víctima rebelde. Es un aire irreal, un aire que osa con desaparecerlo todo, una pequeña ilusión de la compleja mente. Cuando la mañana llegue, todo lo pasado en la noche se verá irreal y la tentación de tildarlo de sueño se hará presente, haciéndote preguntar "¿en realidad pasó?" Sabes a la perfección que pasó, sabes a la perfección que está pasando, pero aún así, justo ene se momento el sentimiento de irrealidad que debiera esperar hasta la mañana se hace presente. ¿Es la magia de la noche?

Y la TV está ahí, con el volumen lo más bajo, tan bajo que no crees te sea audible, pero no sólo lo escuchas, también sientes que despertará a todo lo que duerme a tu alrededor. Pero no pasa nada. Y cada cosa que observas está impregnada de ese aire del que tanto hablo. Cada cosa que miras tiene tatuada una cosa "no lo volverás a ver, esto sólo ocurre una vez y nunca más, esta es la hora de los espectros antes de dar su último adiós a este mundo, recuerda bien, mira bien, cada segundo que se va se va para siempre, se desvanece de la eternidad como si nunca hubiera existido y no podrás confiarte de tu memoria, porque todo desaparece de este mundo, y esto que ves, se está despidiendo por última vez..."

Y la noche se desvanece, tú te desvaneces con ella, el mundo del sueño te reclama y lo siguiente que ves es la luz del sol...

¿Todo fue un sueño?

No, estuve ahí, me quedé despierto y vi todo aquello...

Pero se siente tan irreal...

Y si hoy me quedase despierto hasta tarde de nuevo...



...sería la misma sensación.


Hasta pronto, nos vemos.

miércoles

¿Y este olor... ? Es de lluvia.

Esta nostalgia que nunca cesa Karl...

Mientras recostado escucho el silencio de la ventana, alguna ráfaga de aire interrumpe el monólogo. El viento trae una esencia conocida, nostalgia del recuerdo. Hay algo extraño, algo que no coincide del todo.

Haciendo memoria, con un ligero esfuerzo me doy cuenta.

Es la nostalgia de una nostalgia.

Desde el primer instante que lo viví ya era nostálgico.

Lo vivo de nuevo, ese aroma de lluvia me quiere recordar algo, está lleno de recuerdos vacíos. Y desde la primera vez, desde siempre, fue una sensación profunda pero sin contenido.

Si la nostalgia es el añorar algo que ha pasado, el desearlo de vuelta, el extrañarlo, ¿cómo puede haber nostalgia por algo que nunca pasó, nunca se deseó, nunca existió en manera alguna?

Y tras otro momento de reflexión, se me presenta...

En aquel momento que dejé atrás la angustia, sabiendo que la nostalgia no venía de nada, que existía por sí misma, en ese momento, pude descansar disfrutando aquella sensación que me quiere llevar a las lágrimas.

Incluso si no puedo recordarlo... incluso si nunca existió... lo siento... me llena por dentro y desea escapar... desea una lágrima como transporte, una lágrima que es féretro, sepelio y tumba...

Porque este tipo de sentimientos, mueren al ser liberados en lágrimas de incierto recorrido...





Nos vemos.

martes

Un momento.

Karl, es lo que pido, lo que quiero...

Sólo un momento...

...de descanso.

Sólo un momento...

...de olvido.

Un momento por favor...

...en que me pueda abandonar en los brazos de alguien.

Sólo un momento....

...un momento se los pido...

...sin preguntas, sin respuestas.

Un momento de paz...

...en que pueda llorar con tranquilidad.

El momento...

...para expirar.

...para descansar.

Sólo un momento...

¿sí?

...



...nos vemos.