Desde el Estigia y a través del Leteo.

Soy Pepe y estoy aquí, ¿puedes verme? Sólo quiero mirar y hablar un poco, mirando a través del río terrible que es el Estigia, y pasando con cuidado por el Leteo, que en cualquier momento y descuido se comerá todos los recuerdos.

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Nombre: Pepe
Ubicación: Ninguna, Región este.

Érase yo, y me perdí, desde entonces vago. Me gusta platicar, me gusta admirar, me gusta contar, y si no hay nada más, vamos a gritar. Si la tranquilidad es adecuada, dormiré, mayor delicia no hay.

miércoles

Imágenes, retratos e ilusiones.

Soy de lo peor Karl... ¡de lo peor, jajaja!

Es de habitual que sea presuntuoso, pero hoy me daré permiso, liberaré restricciones, y me daré total acceso a todo lo que mi vanidad tenga qué decir. Pueden ahorrarse la molestia y pasar sólo a dejar un comentario... pero tal vez, después de todo y a pesar de todo, no sea del todo malo leer. Ustedes elijan.

Se ha hablado alguna vez de esto, y es porque es un tema de común, las ideas, las imágenes, las proyecciones, aquello que creemos es otra persona, aquello que le quitamos o agregamos, todo lo que va constituyendo la idea, imagen a desemejanza, de otra persona. Y eso no termina ahí, después viene y vendrá aquello que se dice es el momento inevitable (aunque no por eso sucede siempre):

Hablamos de lo que debiera ser y de lo que es, de lo que quisiéramos que fuera y de lo que era, de lo que pensamos y de lo real. Ante ustedes damas y caballeros: la desilusión.

Todos la han experimentado y todos la temen, pero... ¿y si les dijera que me es extraña? Y claro que no hablo de la desilusión en sentido amplio, sólo del tópico específico del que hablé, y del que también aclaro he sufrido algún ataque. Pero no de manera común... ¿Por qué? Ése es el tema en el que me explayaré.

Nosotros, las personas, no tenemos nunca la información completa, sin embargo, tenemos la cabeza llena de prejuicios que nos ayudan a completar la imagen con rapidez, a nadie se le ocurre pensar que otra persona pueda estar flotando y da por sentado que está parada en el suelo de una u otra manera, nadie duda de que el sol saldrá mañana por la mañana (a menos que seas un mexica prehispánico) o de que el agua moja. Si imaginamos que de cada cosa o situación o etcétera hubiera un medidor de cuántos datos sabemos de ello, y de cuántos datos le agregamos por deducción, intuición o mero prejuicio, tendremos que cada persona difiere en la cantidad de datos que agrega a lo que conoce de cierto. En esto se nota de particular manera las llamadas proyecciones, lo que nosotros creemos o queremos y que le embutimos a otra persona, animal o cosa. En este caso, yo me declaro de gran austeridad cuando de completar se trata.

No es así.

Corrijo.

Completo, prejuicio y me proyecto como todos y hasta más, pero hay un pequeño detalle de mi carácter que le da un matiz muy interesante a este asunto. En el caso de las cosas, del mundo y de las acciones, este detalle me permite desaparecer (suprimir, marginar) mis agregados mentales con gran rapidez (lo que acaso explique por qué tengo una relativa abertura a entender las ideas de otras), y en el caso de las personas, ese mismo detalle es el que impide que en muchos casos empiece a rellenar espacios vacíos (hay muchas excepciones, indico).

¿Cuál es este detalle?

Es curioso, si bien para nuestro caso parece ser una gran ventaja, permitiéndome esquivar varias desilusiones en la vida, podríamos decir que en muchas otras situaciones se revela como un indiscutible defecto, esto es:

Mi inseguridad, lo que me hace creer que cualquier persona tiene más razón que yo.

Así, si alguien dice cualquier cosa, me diré "es más probable que él tenga razón". Más de una vez me toman por completo desprevenido, pero esa especie de respeto sagrado a otra persona me hace decirme "si él lo hace, no ha de ser tan malo... sus razones tendrá... ha de haber algo" y entonces aquél tabú se rompe y se vuelve un incierto, un incierto que iré pensando y pensando... y terminaré cambiando por completo de aquella primera opinión que tenía.

Recuerdo cuando mi maestro de pintura me dijo, siendo yo pequeño, que se había separado de su esposa y estaba con otra mujer, me sorprendí... pero me dio que pensar... mucho, sobre el juzgar a las personas por tal asunto.

Además, si le doy a otra persona la razón sobre cosas más triviales, ¿cómo no le daría la razón cuando habla de sí misma? Una cosa es lo que se habla, y otra lo que se actúa, así que la manera de actuar de una persona (que incluye lo que dice) tiene sus razones suficientes las cuáles aun cuando rompan con mis ideas, tomaré con mayor grado de verdad.

Me resigno en mis propias creencias para tratar de verlo de la nueva forma sugerida, pero si después de pensarlo no encuentro factible este nuevo formulamiento, regresaré al mío o al que se me aparezca más razonable, y entonces ya será un poco más difícil que lo deje (por lo menos en el caso de que siga conversando con la misma persona, un nuevo debate con diferente interlocutor acaso permitiría abandonase de nuevo mi argumento con facilidad en un primer momento).

Disculpen que me explayase tanto con esto, prometo no hacerlo de nuevo, sólo tenía ganas de ventanearme un poco. Saludos.

Hasta pronto.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No soy persona, discutes siempre conmigo!
Muchos defectos son convenietes para lo que el destino te traerá y no es que sea ondas de la meditación, ni nada por el estilo, es que veo cada vez más en tu estilo de escritura promesas.
felicidades pp

20:23  
Anonymous Anónimo said...

Chale la desilusión...
soy presa de ella...
los siento...

Realmente creo que hay gente que puede, si no evitar, por lo menos si disminuir su afección en ellas.

Pero yo no soy así.

23:35  
Anonymous Anónimo said...

Hola! mostro ^^ Solo pasando a saludar ;)

11:06  

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