Adagio Sostenuto...
Elyah... ¿cantarías? ¿...para mí?
Resultó, uque hace muhcos muchos años, existió un niño que inventaba canciones como muchos otros niños. Aquel niño tenía una grabadora, y como muchos otros infantes de su cañaña y edad, escuchaba sus mismos cassettes una y otra vez. Y es claro, escuchaba alguna canción más que otra. Muchas veces. Como sólo los pequeños logran aguantar.
Y después...
¿Qué pasó?
El niño dejó de escuchar música por muchos años. Su grabadora debió descomponerse, o quedarse relegada en algún rincón, acaso olvidada. Los niños suelen olvidar las cosas y dejarlas atrás. Es esa habilidad la que les permite crecer tan rápido.
Recordaría un día aquel niño, muchos años después, sentado frente a una comptuadora y tratando de redactar una entrada de un blog, las ocasiones en que escuchaba música: cuando en algún restaurante había música de fondo o en vivo, en la camioneta de alguna tía, lo que en la TV pasaran, aquellas canciones de Disney reproducidas mil veces junto con su respectiva película, y... etso lo recordaría con especial cariño y nostalgia, aquellos viajes con la abuela. Viajes por la ciudad, cuando ella aún se movía muhco de aquí para allá, escuchando sus casettes de música clásica, alguna italiana, tan absorta en su música que se pasaría uno o dos altos, como siempre contaba después divertida.
Sí, sólo momentos esporádicos...
Caricaturas... había canciones... pero eran cosa secundaria...
Pasaron muchos años...
Más de los que puedo recordar yo.
Llego la era del internet. Llegaron las computadoras por crédito telefónico. El niño tenía una PC. Napster en apogeo. Y comenzó a escuchar música. De nuevo... de entre las pocas canciones que tenía, muchas veces. Como en los viejos tiempos.
Pero le llegó una obsesión por el silencio, reacción acaso a sus momentos de exceso (teléfono, tele y winamp al tiempo). Así, poco a poco, escucharía cada vez menos. Pero las canciones están ahí, y de cuando en cuando... él las escucha.
~~~~o~~~~
Es nromal, cuando tratas de entablar una ocnversación y no eres muy diestro, preguntar "¿te gusta la música?" Creo que nunca he escuchado una respuesta negativa. Creo que es imposible que algo así suceda. Para todos es algo muy importante, algo que cala en lo más hondo, ¿o no estás de acuerdo? Y aunque yo yo de cuando en cuando digo que la música no es tan importante como para lo que parece ser el grueso de la gente, no puedo negar que lo he sentido... esa sensación... en lo profundo... esa vibración... tiemblas.
Nunca he podido entender las letrass de las canciones, ¿sabes? Ayer hice un decsubrimiento curioso, a mitad de una canción, un tipo se pone a recitar algo. Y noté que auqnue quería poner atención a las palabras, al final no podía, la melodía de fondo me jalaba, como si lo que estuviera hablando fuera la melodía y no las palabras... parece que es como siempre dije, la melodía es para mí lo único, las palabras son adornos.
Cuando estoy solo... en la casa desierta y con la regadera golpeando mi espalda, o junto a una avenida demasiado ruidosa... canto a todo pulmón. Nada inteligible, nada entendible, sólo sonidos, sonidos que itnentan vibrar como mi ser... han de ser horribles, pero lo puedo sentir...
Y hay unos sonidos, unas melodías específicas... que amo... que me quieren decir algo, que llaman algo dentro de mí... nunca he sabido qué son... pero sé que me eran familiares... lo sé... lo siento...
Escucho una canción... imágenes vienen a mi mente... inseparables... imágenes de historias... como si toda canción fuera el soundtrack de una película... y siempre ese anhelo surge, ese deseo de descubrir cuál es la historia que se desarrolla detrás de aquellos sonidos... Y me paro, y en círculos, la canción y las imágenes d emi mente danzan... una y otra vez... danzan...
Y...
Vibro...
Si tan sólo pudiera llorar...
...y vibrar...
Nos vemos.
Resultó, uque hace muhcos muchos años, existió un niño que inventaba canciones como muchos otros niños. Aquel niño tenía una grabadora, y como muchos otros infantes de su cañaña y edad, escuchaba sus mismos cassettes una y otra vez. Y es claro, escuchaba alguna canción más que otra. Muchas veces. Como sólo los pequeños logran aguantar.
Y después...
¿Qué pasó?
El niño dejó de escuchar música por muchos años. Su grabadora debió descomponerse, o quedarse relegada en algún rincón, acaso olvidada. Los niños suelen olvidar las cosas y dejarlas atrás. Es esa habilidad la que les permite crecer tan rápido.
Recordaría un día aquel niño, muchos años después, sentado frente a una comptuadora y tratando de redactar una entrada de un blog, las ocasiones en que escuchaba música: cuando en algún restaurante había música de fondo o en vivo, en la camioneta de alguna tía, lo que en la TV pasaran, aquellas canciones de Disney reproducidas mil veces junto con su respectiva película, y... etso lo recordaría con especial cariño y nostalgia, aquellos viajes con la abuela. Viajes por la ciudad, cuando ella aún se movía muhco de aquí para allá, escuchando sus casettes de música clásica, alguna italiana, tan absorta en su música que se pasaría uno o dos altos, como siempre contaba después divertida.
Sí, sólo momentos esporádicos...
Caricaturas... había canciones... pero eran cosa secundaria...
Pasaron muchos años...
Más de los que puedo recordar yo.
Llego la era del internet. Llegaron las computadoras por crédito telefónico. El niño tenía una PC. Napster en apogeo. Y comenzó a escuchar música. De nuevo... de entre las pocas canciones que tenía, muchas veces. Como en los viejos tiempos.
Pero le llegó una obsesión por el silencio, reacción acaso a sus momentos de exceso (teléfono, tele y winamp al tiempo). Así, poco a poco, escucharía cada vez menos. Pero las canciones están ahí, y de cuando en cuando... él las escucha.
~~~~o~~~~
Es nromal, cuando tratas de entablar una ocnversación y no eres muy diestro, preguntar "¿te gusta la música?" Creo que nunca he escuchado una respuesta negativa. Creo que es imposible que algo así suceda. Para todos es algo muy importante, algo que cala en lo más hondo, ¿o no estás de acuerdo? Y aunque yo yo de cuando en cuando digo que la música no es tan importante como para lo que parece ser el grueso de la gente, no puedo negar que lo he sentido... esa sensación... en lo profundo... esa vibración... tiemblas.
Nunca he podido entender las letrass de las canciones, ¿sabes? Ayer hice un decsubrimiento curioso, a mitad de una canción, un tipo se pone a recitar algo. Y noté que auqnue quería poner atención a las palabras, al final no podía, la melodía de fondo me jalaba, como si lo que estuviera hablando fuera la melodía y no las palabras... parece que es como siempre dije, la melodía es para mí lo único, las palabras son adornos.
Cuando estoy solo... en la casa desierta y con la regadera golpeando mi espalda, o junto a una avenida demasiado ruidosa... canto a todo pulmón. Nada inteligible, nada entendible, sólo sonidos, sonidos que itnentan vibrar como mi ser... han de ser horribles, pero lo puedo sentir...
Y hay unos sonidos, unas melodías específicas... que amo... que me quieren decir algo, que llaman algo dentro de mí... nunca he sabido qué son... pero sé que me eran familiares... lo sé... lo siento...
Escucho una canción... imágenes vienen a mi mente... inseparables... imágenes de historias... como si toda canción fuera el soundtrack de una película... y siempre ese anhelo surge, ese deseo de descubrir cuál es la historia que se desarrolla detrás de aquellos sonidos... Y me paro, y en círculos, la canción y las imágenes d emi mente danzan... una y otra vez... danzan...
Y...
Vibro...
Si tan sólo pudiera llorar...
...y vibrar...
Nos vemos.