Desde el Estigia y a través del Leteo.

Soy Pepe y estoy aquí, ¿puedes verme? Sólo quiero mirar y hablar un poco, mirando a través del río terrible que es el Estigia, y pasando con cuidado por el Leteo, que en cualquier momento y descuido se comerá todos los recuerdos.

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Nombre: Pepe
Ubicación: Ninguna, Región este.

Érase yo, y me perdí, desde entonces vago. Me gusta platicar, me gusta admirar, me gusta contar, y si no hay nada más, vamos a gritar. Si la tranquilidad es adecuada, dormiré, mayor delicia no hay.

lunes

Niñez.

Mi estimado Frank, ¿qué recuerdas de antaño?

~Columpios.

Sólo quería caminar, pero los vi. ¿Hacía cuanto tiempo que no me subía en uno? Así que adelante... ya no puedes tomar mucha velocidad, recuerda que ya no tienes ni el mismo tamaño ni el mismo peso, no quieres ni romperlo ni tirarlo. Y aún así, era relajante. Y recordabas cosas de antaño, ¿no? Y estabas ahí, y si mirabas al cielo, te mareabas por aquel vaivén que nadie sabe por qué razón es tan divertido. Adelante y atrás. Balanceando las piernas con suavidad, para no tocar el suelo, para no perder altura ni ganarla. Una y otra vez... ¿Qué le pasó a todos esos días de infancia? Sólo se fueron, ya no son, pero no se olvidan... aunque no los puedas recordar.

~La niña sola detrás de la camioneta.

Si por la noche transitas una avenida grande y traficada hay ocasiones que podrás ver algo... Y ahí estaba, en la caja de una camioneta (la parte de atrás, la para la carga), una niña sentada sola y en la oscuridad. No se veía rastro de los conductores, y la niña emanaba por sí misma emanaba tal desamparo y soledad. Alguna vez fui en la misma posición... Recuerdo el viento en mis oídos tan fuerte, recuerdo el aire tan fresco que quería arrastrarme, y recuerdo el sonido de mis pensamientos en aquella soledad vertiginosa. Pensamiento tras pensamiento que se quedaba atrás como el paisaje mismo que no atinaba a fijarse en mi mundo, víctima del interminable camino.

~Olor de casa.

Es algo que perdí. ¿Fue acaso enfermedad, o falta de práctica? Más bien, perdí la capacidad de sorprenderme... en alguna medida. Los malos hábitos, más bien, los fuertes hábitos, nunca se dejan del todo. Están grabados a sangre y piedra en tu alma, en el corazón. In the core. Cada casa era un mundo distinto, cada casa era un universo, lleno de secretos negados a aquellos que no fueran nativos de aquel hogar. Impensable que dos mundos tan diferentes fueran parte de un mismo mundo más grande... Todo era un vacío, y en el vacío brotaban por aquí y por allá mundos aislados con sus propias reglas, sus propios habitantes, su propio olor. Y cuando perdí aquella ilusión, perdí la habilidad de reconocer aquellos olores que jamás me decían nada, que tan sólo me indicaban que esa... era una casa diferente.

~Porcelana.

Superficie brillante, lánguido ¿deslavado? tinte azul, y caras finas en pétrea eternidad. Frágiles. Me lo decían. Frágiles. Lo repetían. Frágiles. La sola mirada de un niño destruye. Frágiles eran. Y yo les miraba... y a escondidas me acercaba para mirar más de cerca, y de cerca mirar el detalle, de cerca mirar ese azul, ¿por qué siempre azul, sólo el azul era tan delicado, sólo aquel azul tenue podía fijarse en la suave superficie? No lo sé... pero me queda aquel azul. Azul de fragilidad, no de límpido cielo o profundo mar, azul fragilidad que se desvanece quedándose.

~¿Por qué siempre se busca el cariño imposible desdeñando el obvio?

No lo sé, pero me lo pregunto una y otra vez.

~Creer en la magia en un mundo mágico donde todo es posible no presenta sorpresas.
Conocer el cómo funciona la magia en un mundo de limitadas pero infinitas posibilidades es un continuo asombro.

Si yo creo en que todo es posible, nada me asombrará. Si creo que no todo es posible, cualquier cosa me asombrará. Dos maneras de pensar, dos personas. A la una todo le es bello pero cotidiano, sabe que cualquier cosa pasa. A la segunda, se le asombra con aquello y esto otro, pero es sólo asombro y ya. Cuando al primero se le revela el funcionamiento de todo, se asombra y extasia, "¡no todo es posible!" grita, "¡para que suceda algo, circunstancias maravillosas se deben reunir y aquello que me parecían tan cotidiano resulta ser en verdad tan especial!" El segundo no quiere causas, cualquier acto le parece sorprendente y así vive, olvidando por propósito y voluntad cualquier explicación, a fin de que la magia siempre sea magia. En la magia creen los dos, de la magia viven los dos, y cuando se encuentran, pelearán, pero se simpatizarán, es la magia.

Fui niño que se sorprendió con todo, fui niño que se maravilló con el funcionar de todo, ahora soy niño que se angustia y teme a la inmensidad de todo. Sigue siendo magia, pero la magia devora. Es cuestión de aprender de nuevo a ser niño, ¿verdad anciano?

Nos vemos.

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Leo esto y leo lo que estamos platicando , eres un niño al que no asombra nada?
Dios puede hacer todo?
A por cierto ,la lap top, tomo forma de porcelana azul'

(cada día escribes mejor, ya nopareces de pueblitu)

23:47  
Anonymous Anónimo said...

osea insinuas q mi casa huele raro? jajaa... ha si que triste lucía esa niña... echada al exterior, a la interperie, a la vista de los demás...si la recuerdo.

Nunca me tocó ir así.. pero talvez me sentía igual adentro.

00:16  
Blogger pseudoniñita. said...

No creo que sea tan así. Escribes de una manera que transmite tu asombro por las cosas. De verdad. O eso siento yo.-

15:37  
Anonymous Anónimo said...

hey, viva la niñez, la unica etapa en que fui feliz......
quiero recordar cómo asombrarme de todo......
y es cierto lo de los olores, pero no solo de la casa, sino de las personas e incluso su cuarto tienen un olor específico, incluso hasta se siente como diferente presión ambiental, o sera idea mia??

23:49  

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