Desde el Estigia y a través del Leteo.

Soy Pepe y estoy aquí, ¿puedes verme? Sólo quiero mirar y hablar un poco, mirando a través del río terrible que es el Estigia, y pasando con cuidado por el Leteo, que en cualquier momento y descuido se comerá todos los recuerdos.

Mi foto
Nombre: Pepe
Ubicación: Ninguna, Región este.

Érase yo, y me perdí, desde entonces vago. Me gusta platicar, me gusta admirar, me gusta contar, y si no hay nada más, vamos a gritar. Si la tranquilidad es adecuada, dormiré, mayor delicia no hay.

sábado

La Nada que todo lo consume.

En el principio no había Dios, y la Nada me aterraba.

La vida pasa ante tus ojos con ridiculez, y el tiempo es sólo un espantapájaros que se apresura a irse antes de que podamos decir palabra. Es por eso que uno no suele darse tiempo de nada, es por eso que uno prefiere no aceptar lo evidente pues no se le puede cambiar y aparte no puede uno perder segundos en tal empresa. Pero hay veces que no queda otra que admitirse todo, quitarse la máscara un rato y dialogar con el espejo imaginario de nuestra mente. Así, me tuve que confesar:

Nunca tuve fé.

Nunca creí en Dios.

Cuando pequeño, en mi mundo que aún no distinguía la magia de lo absurdo y todo eso lo confundía con lo que el mundo se supone estaba frente a mí, se me ocurrió hacer la pregunta maldita:

"¿Y si no hubiera Dios, qué pasaría?"

"La nada."

Fue la respuesta.

"¿Qué es la Nada?"

"Cuando duermes a veces sueñas, a veces no. Cuando no sueñas, eso que ocurre en la noche que parece que dura un instante pero es nada, eso es la Nada, así es como acabarás."

Y temí.

"Pero... sí hay Dios... ¿no?"

Y esperé a que hubiera pruebas de ello... y las encontraba para luego ver que eran falsas.

Pasan los años, ¿sabes? Y seguía preguntándome cada tres o cuatro de ellos por mi temor absoluto. Y es que no quería pensar en ello, me angustiaba y sentía que mi vida había terminado ya si la Nada era la verdad.

Por fin, sin embargo, tuve que admitir que Dios no existía y que lo que no existe sí. Durante tanto tiempo fui defensor, durante tanto tiempo comprendí lo que la religión decía y esperaba creerlo. Pero uno tiene que ser cínico y admitirlo. Así, la Nada estaba ahí esperando por mí. Pero yo no quería hacerme consciente de ello.

Y siempre, en lo más profundo y en lo más superfluo, albergué la esperanza de estarme equivocando. Pero también me daba cuenta de que no había salvación... de ser las cosas como decían, al finalizar mi tiempo llegaría la Nada, ya fuera olvidándome de mí y uniéndome a la deidad, lo que equivale a la Nada. O el Ser que se encarnaría en otra persona, inmortal pero olvidando todo lo que fui: también la Nada.

Si el infierno existiera... Si Dios no nos quiso poner nunca a prueba, si Dios sólo quería preguntarnos "¿quieres estar conmigo o no?" Entonces el Cielo sería irte con él, entonces el infierno sería quedarte solo por la eternidad... Mis fantasías de pequeño, un mundo como el que conocía pero que no termina, un mundo donde jugar por siempre... Los niños de verdad nunca crecen, los niños que desde entonces son infantiles... Para alguien así...

No hay salvación

Y la angustia me consume en esas horas muertas de media tarde... en mi cama... solo... no puedo evitar encogerme... hacerme pequeño para sentirme más cerca... Ya le facilito su trabajo a la Nada mientras trato de escaparme, estando más chico para que me coma de un bocado...

Ironía...


Nos vemos.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Pareciera que la cama es el vehículo a la nada... me ha pasado

12:46  

Publicar un comentario

<< Home