Tiempos extraños.

A mi estimada y muy querida Eliah:

He tardado un poco en volver a escribir, en el archivo parecería que escribí diario, pero la realidad es más irregular. No creo que sea algo tan importante al final, ¿o sí?

Estos son tiempos muy raros, me levanto en la mañana y comienzo la rutina de diario, ¿lo extraño? Que es la rutina de diario en un lugar siempre diferente y que no deja de provocarme curiosidad. Hubo un tiempo en que esa curiosidad me animaba a seguir cada día como uno diferente, ahora es una curiosidad bastante más apagada, la de un anciano quizás.

Todo es nuevo, pasan cosas que nunca había visto antes, nada es como creo que debería, y al final sin embargo sólo me queda "qué curioso... qué cosas tan raras..." y sigo mi camino con mi paso cansado, arrastrando los pies y tropezando. Sí, soy un tonto, pero también estoy cansado. Ha pasado mucho tiempo...

¿Te preocupas por mí Eliah? ¿O confías que saldré adelante? Son preguntas que también me hago a mí, ¿sabes? Las personas salen adelante, mientras haya vida, mientras respires, mientras un corazón lata. El tiempo sigue caminando, y las cosas cambian, poco a poco pero cambiando.

Y por más que cambien, me parecen siempre las mismas.

¿Volverán los tiempos en que las cosas diferentes me emocionaban? ¿O será que mi condición de anciano me ha tranquilizado?

Deseo la sabiduría, deseo la verdad, he encontrado más de lo que me esperaba, cosas que no todos comprenderán, y ya intuyo qué es lo que está detrás de todo... Y es curioso (siempre es curioso) en lugar de correr a descubrirlo, prefiero sentarme a esperar... Estoy seguro que llegará... no tiene caso apurar las cosas.

Qué tiempos tan extraños en que un niño con cuerpo de adulto y rostro de anciano se siente a esperar lo que sea que llegará... y es paciente...

Qué mundo este.

Nos vemos.